Una habitación propia es una residencia artística para mujeres relacionadas con el medio audiovisual y las artes escénicas. Gariza Films creó este proyecto encabezado por Lara Izagirre en 2017 con el objetivo de ofrecer a una artista la oportunidad de desarrollar un proyecto durante seis meses, con la intención de crear un espacio creativo donde se cubran las necesidades económicas.
Espacio, tiempo y dinero es lo que ofrece la residencia para que después los proyectos desarrollados puedan comenzar a volar.
Actualmente es un proyecto que se desarrolla en Etxe Betea, creado por Gariza Films, está impulsados por la Fundación Basque Know How y cuentan con el apoyo de BBK y Gobierno Vasco.
Mikele Landa Eiguren (Bilbao, 1995) estudio el grado de Comunicación Audiovisual en la UPV-EHU y la facultad de cine de la Universidad de Karlstad. Después se especializó en Cine Documental y Experimental en la Escuela TAI de Madrid y ha sido estudiante del postrado de Creación en la Elías Querejeta Zine Eskola.
Su primer cortometraje Heldu fue presentado en Zinebi (2018) y ganó el premio a mejor dirección en la Euskal Zine Bilera (2019).
Su último trabajo, Noizko basoa, ha sido recientemente estrenado en el Festival de Cine de San Sebastian y ha pasado por Zinebi y Punto de Vista Ahora trabaja en su primer largometraje, Senda, en los programas Noka Mentoring, Elkarrekin Sortzen y Una Habitación Propia.
María Herrara (Madrid, 1993) Doble graduada en Periodismo y Com. Audiovisual con formación complementaria en Ciencias Políticas en la Universidad Carlos III de Madrid. María fue galardonada con una prestigiosa beca de La Caixa para cursar un posgrado de cine en guion y dirección (MFA) en la universidad pública de Nueva York.
Ganadora de un Premio Goya al Mejor Cortometraje de Ficción como productora de ARQUITECTURA EMOCIONAL 1959. Antes de mudarse a Nueva York, trabajó en la productora Avalon durante más de cinco años.
Ultima el montaje de su cortometraje THE OTHER WOMAN rodado en Nueva York con el apoyo de la Fundación La Caixa. Y acaba de rodar su segundo cortometraje como guionista y directora EL CUENTO DE UNA NOCHE DE VERANO.
Ainhoa Rodríguez es directora y productora de cine. Es Doctora en Análisis Cinematográfico. Su primer largometraje, Destello Bravío (2021), se estrenó en la Sección Oficial Tiger Competition del Festival Internacional de Cine de Rotterdam, y formó parte de la selección de New Directors / New Films in NY, organizada por el MoMA y Film at Lincoln Center en su 50 Aniversario. Como directora, obtuvo los premios a la Mejor Dirección en el 26 Vilnius IFF, a la Mejor Dirección en el 23 SIWFF y ganó la Violette D’Or en el Festival Cinespaña Toulose, entre otros. La película ha sido seleccionada en festivales como Moscú, Shanghai, FICUNAM (Ciudad de México), Salónica y la Mostra de Saô Paulo.
Un espacio precioso en el centro de Bilbao, donde hay muchas mujeres creativas y encantadoras que nos apoyan y donde estás en convivencia. Ha sido una experiencia muy cálida y muy bonita.
Licenciada en Comunicación audiovisual (UPV); Edición y Teoría del Montaje (EICTV); Máster en dirección Cinematográfica (ESCAC) y Máster en Film Business, marketing, distribución y ventas internacionales (ESCAC). Desde 2011 ha dirigido los cortometrajes Adri y Polvo Somos y el largometraje documental Voces de papel, estrenado en el Festival Internacional de San Sebastián. Su último cortometraje, Cuerdas, se ha estrenado en la Semaine de la Critique de Cannes y ha ganado varios premios nacionales e internacionales, entre los cuales el Premio Forqué a Mejor Cortometraje. En 2023 su ópera prima, 20.000 especies de abejas, se ha estrenado en la Sección Oficial de la Berlinale, donde ha sido galardonada con el Oso de Plata a Mejor Interpretación para Sofía Otero.
Una habitación propia es, además del título de la reconocida obra de Virginia Wolf, el nombre que bautiza la residencia artística que convoca Gariza Films, y que este año he tenido la fortuna de conseguir.
Porque dedicarse al mundo de la creación significa, casi por definición, bregar con numerosos obstáculos. Entre ellos dos destacan como los mayores enemigos de la libre creación: la falta de independencia económica que nos empuja a involucrarnos en distintos y habitualmente precarios trabajos que nos permitan sobrevivir, y que a su vez comprometen el otro factor que es la falta de tiempo.
Y qué decir sobre el caso particular de las mujeres que, en el mundo de la creación, como en tantos otros, con las garantías de igualdad de acceso a las oportunidades mermadas desde el mismísimo punto de salida, tenemos que correr más para llegar a la misma meta, trabajar más para cobrar parecido, esforzarnos más para demostrar lo mismo. Una agotadora carrera diseñada para perderla. Eso lo sabemos hoy, y lo sabía también Virginia Wolf en 1929, hace “tan solo” 90 años.
Por eso resulta tan atinado el nombre que designa esta residencia, cuyos objetivos son concisos y precisos: ofrecer espacio, tiempo y dinero para que una creadora pueda desarrollar durante 6 meses su propio proyecto.
Y en la presente edición tengo la suerte de ser yo esa creadora. Tengo la fortuna de encontrar el escenario donde plantar mi idea y cultivarla con mi entera dedicación, acompañada durante todo el proceso.
Así pues, con la sensación de la brisa al despuntar del día, me dispongo a inaugurar el periodo de pesca para, como tan bellamente describe Wolf en las primeras hojas de su libro, “hundir la caña del pensamiento entre los reflejos y las hierbas del río” hasta que la mordida desafíe la punta de mi caña. Tendré que buscar mi propio cebo, tejer mis propias redes… Pero no tendré que hacerlo sola.
Al final de este recorrido podré tirar de esa caña para contemplar la naturaleza de la criatura que emerge. Y tendré que agradecérselo a Lara Izagirre y a Virginia Wolf, (o a Mary Beton) ya que ambas llegaron a la misma prosaica conclusión de que hay que tener 500 libras al año y una habitación con un pestillo en la puerta para poder escribir. O al menos para poder hacerlo bien, con compromiso y responsabilidad.
Comienza sus estudios en la Facultad de Bellas Artes (UPV), terminado el primer ciclo, decide enfocar sus estudios hacia las Artes escénicas. Se forma en la Real Escuela Superior de Arte dramático de Madrid, en la especialidad de Interpretación textual.
La actriz guipuzcoana trabaja en el primer largometraje de Lara Izagirre, Un otoño sin Berlín, en el que interpreta el personaje secundario Ane. Además colabora en el casting y realiza la labor como coach infantil en la misma película.
Cuando Lara me propuso participar en esta residencia, me pareció una gran oportunidad para dar el salto a la escritura. Las características del programa que ofrece Gariza Films, me permiten desarrollar un proyecto en unas condiciones inmejorables.
Creo que la falta de ofertas de trabajo intervienen directamente en el hecho de que cada vez haya más actrices creando, dirigiendo o escribiendo sus propios proyectos. Más del 90% de los actores y actrices de este país, no conseguimos vivir de esta profesión. Las mujeres sufrimos una tasa de desempleo seis puntos por encima de los hombres, y además cobramos menos.
Además, de la alta tasa de desempleo, está la necesidad de contar nuestras propias historias, que en tales circunstancias, casi se convierte en un deber. Narrar desde una mirada femenina, así como crear e interpretar personajes que rompan con los estereotipos femeninos que acostumbran a aparecer en las ficciones, normalmente creadas por hombres.
Lara Izagirre es una directora y guionista con una intuición y sensibilidad abrumadora, lo cual la hace ser muy minuciosa en la dirección actoral, donde establece un diálogo constante con los actores. Esta capacidad de escucha tan propia de Lara, hace que durante los procesos creativos haya espacio para la improvisación, desde mi punto de vista, una de las herramientas más valiosas en la creación actoral. Es un lujo poder contar con ella para compartir este proceso.