Nazco y me llaman Lara, por la película Doctor Zhivago (1965).
Sin quererlo, llevo cine en el nombre.
Empiezo a ir al cine de mi pueblo con mis amigas los domingos por 125 pesetas. La saga Liberad a Willy que comienza ese año marca mi niñez. Me enamoró de Willy y del prota.
Llega el reproductor VHS a nuestra casa y con él, las películas que más he visto en mi vida:
Asterix y las doce pruebas (1976), Poli de guardería (1990), La bella y la bestia (1991) y La Señora Doubtfire (1993). Todavía puedo cantar como Bella o ser la hija de Robin Williams.
Veo Lost in Translation en Bilbao con 18 años. Y por primera vez pienso que puedo hacer algo relacionado con el cine.
Me lanzo a estudiar cine y me voy a New York. Descubro el mejor sitio del universo, el videoclub más grande del mundo, Kim’s Video, vivo el sueño del cinéfilo. Descubro a Tarantino, Los Cohen, Altman, Lynch, Allen, Akerman, Saura, Bergman.
Veo Fish Tank con mis amigos del curso de cine y algo hace click dentro de mí: me doy cuenta de las pocas películas que he visto dirigidas por mujeres. A partir de ahí, cambio el foco.
Escribo y dirijo el primer corto del que me siento orgullosa Bicycle Poem. Decido intentar ser directora en serio y con 25 años creo la productora Gariza Films.
Se estrena en una sala de cine con mucho público mi primer documental Next Stop Greenland. Por primera vez, siento lo bonito que es conectar con el público a través de un proyecto propio. Lloro durante horas de la ilusión que me produce el estreno.
Cumplo mi sueño. Escribo y dirijo Un otoño sin Berlín, la película más importante de mi vida.
Se estrena Un otoño sin Berlín en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián. La película se convierte en un regalo que va creciendo y creciendo. Para mi sorpresa, el público y la crítica acogen muy bien la cinta.
Un otoño sin Berlín gana un Goya en la Categoría Mejor Actriz Revelación por la actuación de Irene Escolar. Irene, me grita desde el escenario “Lo conseguimos Lari”. Y lloro y lloro y lloro y lloro y soy muy feliz, muy feliz, muy feliz.
Se me va la olla y cambio de oficio durante 6 meses. En Junio, vuelvo al cine que es el trabajo que más me gusta en el mundo.
Empiezo a desarrollar mi segundo largometraje, que cambia de título cada tres meses. Pasa de llamarse Ane & Pierre, a llamarse Ane & Peru, a llamarse Ane & Peio. Probablemente se cambie el título otras mil veces antes del estreno.
Y efectivamente, la predicción termina siendo cierta. Mi segundo largometraje cambia de nombre y de carácter abriéndole el paso a Nora, película que ruedo en agosto y septiembre.
NORA, más fuerte que la pandemia y el Covid-19, se estrena en el Festival de San Sebastián. Un sueño hecho realidad.
La película por fin es vuestra. Con mucha ilusión, NORA se estrena en salas el 3 de septiembre y nos lleva a lugares como Nueva York, Miami, Londres, un autocine y salas de cine.
Nace ETXE BETEA. Empezamos la reforma, de la casa de nuestros sueños: una casa en el centro de Bilbao para mujeres creativas.
Estreno mi último cortometraje Pelikula Baten Bila, un proyecto muy especial protagonizado por un elenco excepcional.
Empiezo a desarrollar mi tercer largometraje en la mejor compañía.
YERMA va tomando forma.